por: Ingrid González de Rodríguez
“Residencia
en la Tierra” marca un estilo de escribir, un lenguaje de las cosas cotidianas
Pablo
Neruda cali(Neftalí Reyes Basoalto) nació en la lo dad de Parral, Chile, el 12
de Julio de 1904. Por una poesía que, “con la potencia de una fuerza natural
hace revivir el destino y los sueños de un continente” se le confirió el premio
Nobel en 1971.
En
sus memorias “Confieso que he vivido”, escribió el testimonio de los
hechos
más significativos de su vida, dando cuenta de su infancia en la impresionante
región del Chile Austral.
“Comenzare
por decir, sobre los días y los años de mi infancia, que mi único personaje
inolvidable fue la lluvia. La gran lluvia austral que cae como una catarata del
polo, desde los cielos del Cabo de Hornos hasta la Frontera. En esta frontera o
far west de mi patria, nací a la vida, a la tierra, a la poesía y a la lluvia”.
Con
razón siempre se ha dicho que Neruda es el poeta de América, sin embargo su
signo peculiar es el de la universalidad, pues aunque hubo un Neruda enamorado,
otro combativo, un tercero experimentador, y otro hispanoamericano y
continental, Neruda nunca olvidó la belleza formal.
Su
obra está marcada por una temática sorprendente y vitalista, el poeta canta el
amor y al sentimiento, lo geográfico, la naturaleza, lo histórico, lo social,
las materias, lo memorial. Todo lo humano, al igual lo natural se convierte en
materia poética en los versos de Pablo Neruda.
“El
penacho de luz terrible del volcán Llaima, bajo los volcanes, junto a los ventisqueros,
entre los grandes lagos, el fragante, el enmarañado bosque chileno, esa
naturaleza que me daba una especie de embriaguez. De ella me atraían, los
pájaros, los escarabajos, los huevos de perdiz”… De los que “me asombra” su
perfección, me asombra también la perfección de los insectos que veo en los
troncos de los maquis y de los manzanos silvestres”.
La
obra de Neruda celebra los objetos, la naturaleza y las vivencias cotidianas,
de ahí que convierte en poesía las situaciones más normales y comunes, se
convierten en una materia poética, que expresa con desmesurada belleza la
celebración de la vida.
“Uno
de los libros fundamentales de Pablo Neruda se empezó a escribir en los años
que vive en los países del oriente (los más solitarios de su vida, pero también
los más creadoramente sorprendentes): Residencia en la Tierra publicado
originariamente en Santiago, 1933, y después, en 1935, en Madrid. Es una obra
cumbre de su escrituario, pues marca un hito en la poesía chilena e
hispanoamericana del siglo veinte convirtiéndose en uno de los libros claves de
la literatura contemporánea. Marca una manera de escribir, un estilo nerudiano,
un lenguaje de las cosas cotidianas, de las materias, de la existencia humana”.
En
1927 ingresa al Servicio Diplomático, lo que le permitió viajar por todo el
mundo. Trotamundos por excelencia, se distinguió como uno de los más destacados
intelectuales chilenos del siglo XX. Su extensa obra se sucede con
continuidad, publicando de año en año, una larga relación bibliográfica se sucede
hasta el momento de su muerte. Su primer libro “Crepusculario’, fue publicado
en 1923. Un año después apareció “Veinte poemas de amor y una canción
desesperada”, que le dio fama universal. Publicó además “Canto General”, 1950,
“Odas elementales”, 1954, “Residencia de la Tierra”, 1935, “España en el
Corazón”, 1937, “Estravagario”, 1948, “Los versos del capitán”, 1952, “Cien
sonetos de amor”, 1962, “Memorial de Isla negra”, 1964, y “Arte de pájaros”,
1966, entre otros.
“De
su obra sorprendente afloran los amores y las esperanzas, los tristes y
torrenciales versos, las historias y aventuras, las soledades, alegrías y
destino del hombre de nuestro tiempo”