sábado, 10 de septiembre de 2016

ISABEL ALLENDE Y LA CASA DE LOS ESPÍRITUS

La autora y la obra analizada

En el libro Isabel Allende Vida Espíritus (de la editorial Plaza y Janes, 1998) Isabel Allende confiesa: “La escritura es para mí un intento desesperado de preservar la memoria. Soy una eterna vagabunda y por los caminos quedan los recuerdos como desgarrados trozos de mi vestido. Escribo para que no me derrote el olvido y para nutrir mis raíces, que ya no están plantadas en ningún lugar geográfico, sino en la memoria y en los libros que he escrito”.

La escritora chilena con frecuencia busca inspiración, ante la página en blanco cerrando los ojos por un instante, regresa a la cocina de la casa donde se crió y a las extraordinarias mujeres que la formaron: Su abuela la enseñó a leer los sueños, su madre, quien todavía la obliga a mirar los acontecimientos por detrás y a la gente por dentro, las viejas empleadas que le trasmitieron los mitos y leyendas populares, iniciándola en el vicio de las radionovelas, y sus amigas feministas que en los años 60 conspiraban para cambiar el mundo, las periodistas que le dieron las claves del oficio.

“De ellas aprendí que la escritura no es un fin en sí mismo, sino un medio de comunicación“, afirmó la autora de La Casa de los EspíritusEl tiempo se ha encargado de probar que Isabel Allende es una escritora de verdad. De ello dan cuenta las muchas ediciones que en diversos idiomas se han hecho de sus novelas y el entusiasmo que siguen despertando en el público lector sus novelas “La casa de los espíritus”, “De Amor y de Sombra”, “Eva Luna”, y “El plan Infinito” traspasan el interés del contenido, llamando mucho la atención la forma como ella cuenta sus historias, sin ningún rebuscamiento, con hondura y simplicidad, y con un gran dominio del lenguaje que le permite crear imágenes de insuperable plasticidad y colorido.

De todas sus novelas La Casa de los Espíritus es la más importante, no solo por el gran éxito que alcanzó convirtiendo a la autora en noticia, sino porque sigue atrapando a nuevos lectores que la leen encantados.  Lo fascinante no es solamente la historia contada, sino la forma y el estilo con que es contada, con sencillez y naturalidad, fluye la historia, en el ejercicio de una prosa cristalina, bien labrada y  adecuada a una estructura narrativa de insuperable plasticidad y movimiento.

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