miércoles, 26 de octubre de 2011

Estambul es la ciudad de conjunción de las civilizaciones





Turquía.- Estambul. Convencida del ambiente mágico que me iba a rodear al llegar a Estambul, capital de Turquía, la realidad supera mi imaginación, como en un sueño de las Mil y Una Noches nos transportamos a un punto muy particular en la geografía del planeta, un pie en Asia y otro en Europa y la confluencia de tres impresionantes extensiones de agua, el Bósforo, el Mar de Mármara y el Mar negro.

En el camino desde el aeropuerto Ataturk una encuentra que la ciudad se revela rápida, como un viaje en la alfombra de las Mil y Una Noches, tanto en la riqueza de su arquitectura deslumbrante, como en la mezcla atrayente de sus habitantes, Estambul nos muestra su esencia: una compleja superposición de muchas culturas y civilizaciones que emerge desde la Constantinopla grecorromana – capital del imperio bizantino y la mayor ciudad del mundo antiguo en el siglo VI- hasta la República Turca de los actuales tiempos modernos, una gran urbe con doce millones de habitantes.

El modo natural de abordar esta fascinante megalópolis es a través de un paseo en barco por el Bósforo y sus aguas azul oscuro profundo. Observamos en un lado las casas con el código postal en Europa, el otro lado, el código postal en Asia. La ciudad ofrece una vista muy interesante a los ojos de una observación de su arquitectura. La ciudad vieja o Stamboul como la llamaban los viajeros del Siglo XIX. Los límites de la parte más antigua describen el cuadrante de los muros dónde se ubican la majestuosa catedral de Santa Sofía de Constantinopla, la Mezquita Azul, el palacio de Topkapi, la encantadora plaza de adoquines del Bazar de las especies, dónde nos dan a probar todas las delicias de la pastelería del medio oriente acompañada del típico te de manzana. Una pequeña calle nos conduce a otra de joyeros, plateros, orfebres, ceramistas, un verdadero centro comercial de la antigüedad, dónde se venden desde prendas hasta comestibles, todo con el encanto inigualable que mezcla el arte de oriente y occidente,

El gran filósofo Heráclito de Efeso vivió en esta ciudad en el período comprendido entre 540 y 480 a. de JC

El gran filósofo Heráclito de Efeso vivió en esta ciudad en el período comprendido entre 540 y 480 a. de JC

Efeso.Turquía.- Efeso se encuentra en la parte occidental de Asia Menor, también llamada Anatolia, que actualmente forma parte de la República de Turquía, Cerca de Selcuk, entre las ciudades de Aydin y Esmirna, a 6 kms del mar Egeo, a 680 kms de Estambul, a 55 de Aydin, a 205 kms de Marmaris, y a 510 kms de Antalaya.

Conocer esta ciudad y ver la biblioteca de Celso, el templo de Artemisa, la Basílica del Apóstol Pablo, la casa de la virgen María, la iglesia de San Juan, la fortaleza de Ayasaluk, la puerta Mitríades, y el templo de Serapis, fue para mí una experiencia muy interesante.

Éfeso no es sólo el nombre del yacimiento de la misma ciudad, sino que comprende sitios de gran importancia para los griegos, cristianos y musulmanes, pues es una de las ciudades antiguas, mejor conservadas de la cuenca mediterránea. Las casas adosadas están dentro del yacimiento arqueológico, especialmente me llegó al corazón visitar el lugar dónde San Pablo pronuncio sus cartas (epístolas) y la casa de la virgen María que se encuentra a unos 400 m. de altura en la montaña Bülbül que domina el panorama de la ciudad.

En medio de un clima suave y húmedo, y en un punto de conjunción importante que unía a oriente y occidente, las bellas artes y las ciencias florecieron. Los filósofos como Heráclito de Efeso y Tales de Mileto prosperaron en esta bahía que desembocaba en el mar Egeo, sus habitantes demostraron características religiosas muy fuertes llegando a ser ciudades políticamente muy bien organizadas.
Además de las casas antiguas y las importantes ciudades arqueológicas con valor histórico, el vino, la sidra, el té de manzana, el jugo de granada y naranja, las artesanías locales, que tienen gran fama y se destacan por las técnicas milenarias que se conservan para hacerlas todavía en la actualidad forman parte del encanto de este lugar que es foco de la civilización universal.

Principalmente en los fines de semana la gente invade estos pueblos, para dar un paseo, comer, y comprar vinos y sidras. Muchos viajeros procedentes de todas partes del mundo observan con interés la gloria de Éfeso, combinando la visita a los pueblos de los alrededores como Priene, Mileto y Dídima o Sirince y Nysa.